Para ser seres vivos tenemos dos cosas que son inevitables hasta ahora, nacemos y morimos. Nacemos y nos desarrollamos, también nos reproducimos, pero nadie sabe cómo va a ser, ni qué va a ser, ni si siquiera cómo lo va a hacer en la vida en el futuro por mucho que nuestros progenitores se empeñen en enseñarnos el camino. Tampoco sabemos que nos va a deparar el futuro en cuanto a nuestra naturaleza física y psicológica, igual tenemos una vida sana, igual no y tenemos un camino tortuoso. Está claro que mantener unos hábitos sanos y saludables ayudan a tener una mejor calidad de vida y un futuro mejor; mantener una buena dieta, hacer deporte, llevar controlado el estrés, realizar controles médicos, disfrutar del tiempo libre y de la familia. Todo esto ayuda, pero realmente tampoco es una garantía suficiente ante los imprevistos que la caprichosa naturaleza nos puede deparar. Desde que nacemos, nadie sabemos cuándo, ni dónde, ni cómo nos va a llegar la obvia realidad del momento final, po...
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